Desayuno esta mañana viendo el telediario y después de las llamadas noticias serias (sucesiones, guerras, desastres varios, el Barça y el Madrid,....) emiten imagenes de la multitud de fans que llevan varios días durmiendo en los alrededores del Palacio de los Deportes de la Capital esperando la actuación de esta noche de Justin Bieber (incluso entrevistan a madres que generosamente ocupan el puesto de sus aplicadas hijas que no pueden faltar al instituto)
Para quien no sepa aún quien es Bieber decirles que se trata de un joven cantante canadiense que se dió a conocer a través de Youtube (o por lo menos eso cuenta su manager), y que sin haber alcanzado aún la mayoría de edad, está en lo más alto de las listas de ventas y agota las entradas de cada recinto en donde actúa, haciendo las delicias del público más joven, en especial del femenino.
Ahora lo siguiente que esperais de mi es que no deje ningún titere sin cabeza y critique la poca calidad musical de Bieber y toda la maquinaria de marketing que tiene detrás, que maldiga estos tiempos en los que prima la imagen sobre la autenticidad, en los que cualquier advenedizo está en lo más alto y los grandes medios se olvidan de los veteranos que llevan mucho tiempo currándoselo, que lamente la muerte del rock and roll como fenómeno de masas, bla bla,...
Pero lo que lamento realmente es que ya no esté con nosotros ese gran comunicador que era Joaquín Luqui, todo un referente a la hora de hablar del "fenómeno fans", con su célebre 3, 2 o 1. El nos hubiera transmitido como nadie las sensaciones de todos aquellos fans disfrutando de la presencia en nuestro país de Bieber y todo ese optimismo. Hombre de creencias religiosas siempre decía que "la mayor fan era Santa Teresa"; también afirmaba que los más generosos del mundo eran los fans, dispuestos a hacer cualquier cosa por sus ídolos. Yo no soy fan de Biever, pero si de mucha gente y he comprobado la gran satisfacción que se siente cuando alguno de los artistas que admiras te da la mano, te firma un autógrafo o te haces una foto con él (capítulo aparte si además le entrevistas para Música Cósmica)
Esta vida moderna, digital tiene muchas cosas positivas, no lo dudo; pero el lado más negativo es que cada vez nos quedan menos gurús, gente como Luqui que voluntaria o involuntariamente se convertían en referentes, en faros que nos iluminaban. Menos mal que todavía nos quedan chefs en Radio 3 como Juan de Pablos o Manolo Fernández haciendonos disfrutar de manjares de calidad.
Tengo muchos colegas con buen gusto musical (tal vez mejor que el mío) y que son verdaderas enciclopedias (e incluso alguno que además de todo eso es buena persona), pero escucharles hablar de lo mal que está todo el negocio musical, de que ya no se hace country, pop, o rock como el de antes es un plan igual de atractivo que la lectura del BOE.
Nos olvidamos en demasiadas ocasiones que la música popular, ya sea la de Justin Bieber o la de los Walker Brothers es sobre todo entretenimiento (sin obviar que por supuesto también pueda ser cultura - en algunos casos más que en otros -) , aunque yo prefiera la segunda.
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